«De un modo u otro yo sabía que el mundo estaba allí, y había que verlo. No me parecía justo – ni para mi, ni para quien lo había creado – que pasara treinta, cincuenta o setenta anos de mi vida en este mundo sin conocerlo más que en una milésima parte, sin admirarlo en toda su variedad y toda su grandeza.
Hubiera sido como cruzar por la vida sin haber comido más que patatas, haber distinguido más que un solo color, conocido a una única mujer o haber percibido exclusivamente un perfume.
Qué recuerdos podrían quedar años más tarde – cuando ya la vida tan solo se compone de recuerdos – de ese sueldo, esa seguridad, esos puestos que había logrado ir escalando …?
Quizá la idea de « Hacerse un Porvenir » sea la que haya castrado más gente en este mundo, pues hacerse un porvenir significa hipotecar el presente, y resulta siempre que ese porvenir no llega nunca, y en pos de esa quimera se han desperdiciado la juventud y la vida.»
Hubiera sido como cruzar por la vida sin haber comido más que patatas, haber distinguido más que un solo color, conocido a una única mujer o haber percibido exclusivamente un perfume.
Qué recuerdos podrían quedar años más tarde – cuando ya la vida tan solo se compone de recuerdos – de ese sueldo, esa seguridad, esos puestos que había logrado ir escalando …?
Quizá la idea de « Hacerse un Porvenir » sea la que haya castrado más gente en este mundo, pues hacerse un porvenir significa hipotecar el presente, y resulta siempre que ese porvenir no llega nunca, y en pos de esa quimera se han desperdiciado la juventud y la vida.»